El sistema menos malo conocido se dice no?
Leyendo ciertas noticias sobre cuestiones relacionadas con las elecciones en Euskadi y el referendo en Venezuela salen a relucir algunas imperfecciones del sistema.
Impedir que un partido político se presente a unas elecciones parece una medida de un régimen totalitario más que de una democracia. No creo que el fin justifique los medios en este caso.
Si una lista electoral no consigue votos, no tiene ninguna repercusión política en el sistema de gobierno y en la administración. Si un partido político consigue representación en los órganos de gobierno es porque lo ha votado una cantidad de ciudadanos «equis».
Esto es lo lógico.
Habrá que preguntarse otras cosas, no impedir la libertad de expresión de todos esos ciudadanos.
El mismo razonamiento nos sirve para legitimar a Chávez al frente de Venezuela ya que los venezolanos así lo han votado, pero ¿hasta dónde se puede llegar?
El mismo sistema tendría que estar construido con los mecanismos suficientes para garantizar su integridad. Si se puede alterar la naturaleza esencial del sistema de la forma que Chávez pretende estaremos hablando de otra cosa, no de democracia.
Deberían permitir a los cubanos expresarse libremente, por curiosidad.
Delgada es la línea que separa las formas de imponer voluntades.
De todas formas, debo disculparme por tener tan mal gusto al hablar de política.
Lo siento.
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